1.- Personalidad de la empresa
Qué valores quieres transmitir. Por qué rasgos quieres
diferenciarte o qué emociones quieres evocar.
2.- El público objetivo
Edad, género, nivel socio-cultural,
aspiraciones, afinidades, etc
3.- ¿El sector?
Suele pasar que encontramos entre las empresas de un
mismo sector los mismos tonos corporativos, dificultando su diferenciación.
Personalmente, no creo que haya reglas estrictas. Es más,
las organizaciones que se atreven a
llevar en su identidad corporativa colores “arriesgados” son más reconocibles,
como sucede con T-Systems, en el sector de telecomunicaciones.
4.- Tonalidades
Un mismo color, dependiendo de su tonalidad, tiene
implicaciones muy diferentes. Piensa, por ejemplo, en un verde fluorescente. Aunque
el verde es un color que transmite calma, en esta tonalidad no es así.
5.- Combinaciones de colores
Contar con varios colores, en distintas proporciones,
añade matices y nos permite sutilmente acertar en la consecución de la
percepción deseada. Se suele recomendar elegir tres tonos en unas proporciones de 60-30-10.
P.e.: tomar como color principal (un tono llamativo que
marque la diferencia) y combínalo con otros dos tonos que hagan referencia a tu
sector o al tipo de público al que te diriges.
6.- Visibilidad
Comprueba la legibilidad de los colores tanto en diversos
dispositivos como al ser impresos en papel.
¿Qué colores has elegido para representar tu marca? ¿Lo
has hecho con intención de transmitir algún rasgo de personalidad en concreto?
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