En este tiempo donde estamos inundados de publicidad es muy común ver carteles, banners y vallas donde la presencia de los graffitis se ha vuelto un cáncer para la propiedad privada. Esto es un gasto significativo que aplasta de una manera terrible la identidad corporativa, es por esto que muchos se han visto en la penosa necesidad de dejar la publicidad a un lado por el miedo a que esta suponga un gasto innecesario.
Aunque se habla de aplicar más seguridad cerca de estos lugares esto no impide que el ingenio de los graffiteros logre descifrar la mejor manera de hacer de las suyas. Pero esto también es un problema comunicacional y nosotros como diseñadores tenemos que encontrar una solución.
Es así que la mejor manera de aplicar diseño e impedir que este se vea afectado por el graffiti es utilizarlo como medio para de alguna manera "colocarle una barrera".
Así el camino del diseño y uno de sus enemigos se unen para dar una solución funcional.
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