El Surrealismo puede dar sentido
por sí solo al movimiento vanguardista. La capacidad imaginativa y la
sugerencia de sus construcciones mentales significaron, sin duda, una
verdadera revolución en el arte posterior a la Primera Guerra.
Aunque se haya dicho muchas veces que el Surrealismo viene
directamente del Dadaismo es importante destacar los
orígenes autónomos y propios del primero. Lo cual no quita que tengan entre
sí líneas de contacto y reflexiones comunes. Pero si el dadá es
un arte que propugna destruir, provocar el caos y aniquilar, el Surrealismo construye
de veras una concepción del arte y de la vida.
Freud ejerce una influencia decisiva en el
movimiento. Sus teorías acerca del mundo autónomo de los sueños, de la
capacidad automática de la psiquis, del profundo y oscuro mundo interior de
la mente -el subconsciente o inconsciente- aparecen como reveladoras de una
nueva naturaleza del arte humano. Breton comienza a estudiar al psicoanalista
vienés ya en 1916 -tres años antes de que se conocieran él y Tristan Tzara- y
desarrollará un amplio caudal de conocimientos sobre dichas teorías.
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sábado, 11 de abril de 2015
El Surrealismo
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