Al diseñar por encargo todo diseñador emergente
eventualmente se encontrará en un punto sin retorno en el cual deberá elegir
entre el diseño que amaría crear y el diseño que considera será mejor acogido
por el cliente y el público al cual este se difundirá.
En este punto de inflexión la gran pregunta es: ¿hasta dónde
habrá que seguir los modelos de diseño comprobadamente efectivos para
determinado tipo de producto “cliché”?. En X ocasión durante la calificación de
un cierto concurso de diseño, cierto juez quién por cierto era un catedrático
muy respetado en su medio dio una calificación muy baja al diseño de la portada
de un CD de música “chicha” bajo el argumento de que para dicho fin sería casi
infaltable la utilización de la imagen de una mujer desnuda o semidesnuda en
pose sexualmente sugestiva. Esto nos lleva a cuestionar el verdadero nivel de
libertad creativa que existe dentro de esta profesión.
En conclusión debemos sopesar los pros y los contras de
ambas alternativas, los estudios de mercado y los datos de campañas exitosas
anteriores son herramientas muy útiles e imprescindibles para concebir una
creación funcional y vendedora; pero jamás debemos olvidar que el futuro del
diseño está en nuestras manos y solo llegaremos a ser referentes de diseño para
las futuras generaciones al generar diseño innovador y transgresor de
paradigmas sobreexplotados.
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