Es una especialización dentro de la Fotografía Profesional, encargada de la planificación y construcción de una imagen fotográfica para ser difundida públicamente, que intenta transmitir un mensaje y/o una emoción. Es decir que no busca ser objetiva, sino lo opuesto. Por lo tanto hay una voluntad o intencionalidad. De allí su importancia en el campo comercial, donde es frecuentemente una herramienta, cuyo fin es estimular la venta de productos o servicios.
Hay que conocer a quienes va dirigido el mensaje, y qué beneficios caben esperar de la imagen. Por ello debe haber un asesoramiento por parte del publicista o del fotógrafo en el aspecto publicitario, o relativo al marketing.
En la fotografía amateur, el fotógrafo debe satisfacerse a si mismo; en la de sociales, al cliente; en la publicitaria al propio fotógrafo, al cliente inmediato y a su correspondiente clientela.
Una vez concretado el proyecto, a menudo a través de un bosquejo, empieza la acción.
Para esto es fundamental distinguir entre un aficionado y un fotógrafo profesional, pues sólo un trabajo profesional permite prever un resultado exitoso.
Así como un escultor utiliza, por ejemplo la maza y el cincel, así el fotógrafo utiliza la luz y la composición como herramientas primarias.
Con su sofisticado equipo de iluminación, sus conocimientos y unas cuantas horas de trabajo, va construyéndose la imagen buscada.
Luego la fotografía publicitaria debe ser publicada en la Web, catálogos, folletos, cartelería, etc.
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