Toda
la pintura del Rococó transfiere un Momento, no una Trascendencia. La Ética es
el pedestal donde podrás mantenerte en pie frente a la vida. Plantea principios
trascendentales, a diferencia de la Moral que propone consensos y acuerdos
circunstanciales. El Movimiento de la Ilustración se basará y buscará Ética, no
Moral. En el Rococó no se imagina mundos, se los crea. Aquí no se pelean los
conceptos y criterios, se los discute. A diferencia del Clasicismo, que busca
la esencia, el Rococó se basa en los accesorios. Los busca y utiliza varios a
la vez, conservando el lenguaje de cada uno en beneficio del todo, sin que
ninguno gobierne a los demás.
El Boceto
Del razonamiento anterior nacerá la fascinación por el Boceto. Este es valorado tanto como la
obra de arte que genera. En la obra abocetada está la expresión menos
contaminada, por las reglas y la técnica, de la Sensibilidad. Aparece el concepto de Diseño, como una manifestación donde no hay Verdad, donde no hay
Arte, pero sirve y es funcional.
Pinturas relevantes en el Rococó
Jean-Honoré Fragonard: El columpio, 1766.
Nicolas Lancret: La Tierra, c. 1730.
Embarque para la isla de Citera (c. 1718) de Antoine Watteau, óleo sobre tela
y pintura característica del Rococó en Francia.
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