El barroco es la continuación al
manierismo italiano que prevalece durante la primera mitad del siglo XVI. Si el
manierismo comienza a usar los cánones clásicos con artificiosidad, el barroco
que le sucede abandona la serenidad clásica para expresar un mundo en
movimiento y agitación de los sentidos. Por tanto, la tendencia del barroco es
a la exageración y la ostentación. Dentro del Barroco se destaco:
Arquitectura
La arquitectura
barroca es resumen y paradigma del espíritu de la "civilización del
barroco".
En ella se adoptan las líneas curvas
frente a las rectas por generar aquéllas mayor dinamismo y expresividad.
Las fachadas adquieren la máxima
importancia pues en ella se suelen volcar los mayores empeños decorativos
mediante numerosas cornisas y columnas griegas, romanas y salomónicas. Por el
predominio de los elementos decorativos sobre los constructivos, se puede
afirmar que el estilo barroco más que un estilo de arquitectura es una forma de
decoración arquitectural.
Escultura
La escultura barroca
española tiene una serie de características propias:
- Predominio de los temas religiosos.
Realismo.
- Para extremar el realismo de las figuras
se recurre a postizos como el empleo de pelo real, corona real, ojos y lágrimas
de cristal, etc. Se llegaron a crear imágenes de vestir, en las que se
realizaban con minuciosidad cabeza, manos y pies para vestirlas con ropa real.
- Empleo de la madera policromada como
material preferido.
- El cliente más importante es la Iglesia
y en segundo lugar la Corte.
- Las obras decoran retablos, sillerías de
coro y los famosos pasos de Semana Santa.
- Se produce la decadencia de la escultura
funeraria.
Pintura
El siglo de Oro de la pintura en España es el XVII y corresponde
el movimiento pleno de la pintura barroca. Se da la circunstancia de que este
momento dulce y prolífico de la pintura coincide también con el de la
literatura.
En la pintura barroca española hay una
serie de elementos comunes que son fruto del momento político y religioso que
vive España. Por un lado se percibe el pesimismo del decaimiento del gran
Imperio Español del siglo anterior. Por otro lado, España está a la cabeza del
movimiento de la Contrarreforma católica y la sociedad vive en el rigor
impuesto en muchas áreas de la vida cotidiana por la Inquisición, por lo que
van a predominar los temas religiosos, representados de manera dramática,
apoyados por el tenebrismo italiano implantado por Caravaggio, corriente que al
final terminaría por ser abandonada.
Los temas profanos y mitológicos, aunque
existen, se dan mucho menos que los religiosos (puesto que, además es la
Iglesia el principal cliente) y cuando se pintan se hacen sin sensualidad.