La publicidad es paralela al nacimiento
del comercio. Donde realmente aparece la publicidad por
primera vez, es en la Grecia
Clásica, donde los primeros comerciantes tenían una vida nómada. En su
deambular constante llegaron a una ciudad con posibilidad de desarrollar la venta
de sus mercancías y la pregonan, la vocean, o de alguna forma la anuncian.
Posteriormente, esta costumbre se
extendió hasta el Imperio Romano, en algunas veces con pergaminos, otras papiros, otras las propias paredes
blanqueadas y en definitiva, todo aquellos liso y blanco que sirviera para
enumerar y clasificar las mercancías, anunciar espectáculos circenses, venta de
esclavos y decisiones políticas de las autoridades.
En la Edad Media aparece el
"pregonero", que era anunciado con el sonar de trompetas,
posiblemente para llamar la atención del pueblo sobre el pregonero, que
transmitía las órdenes y deseos de los nobles.
Con el Renacimiento y la aparición de la
imprenta, la publicidad va tomando forma y es definitivamente en el Siglo XVI,
con la aparición de los periódicos donde de una manera definitiva la publicidad
toma asiento.
Es en el Siglo XVIII, cuando en la lucha
por independizarse la prensa acepta el apoyo de la publicidad, que constituía
una forma de financiación para los editores de periódicos. Con el transcurso de
los años este negocio mueve demasiado dinero y cobra gran importancia como para
estar en manos de aficionados, apareciendo a principios del Siglo XIX las
agencias de publicidad, que se dedican a diseñar, estudiar y difundir campañas
para sus clientes.
Con el Siglo XX la publicidad llega a su
máximo apogeo. Se ve potenciado con nuevos medios de comunicación: Cine, Radio,
Televisión y muchas otras ideas innovadoras de comunicación. Aparece la publicidad ofensiva y en una sociedad industrializada
de grandes competencias es terreno abonado para ella, donde se intenta por
todos los medios posibles captar la atención de los clientes, lo que obliga a
plantearse una "ética profesional de la publicidad", con el fin de
que no se convierta en un campo de batalla comercial.
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