viernes, 14 de noviembre de 2014

Arte Románico


El Románico es el arte de la plena Edad Media y del Feudalismo. El estilo artístico se adapta a una sociedad ruralizada, inculta, controlada intelectualmente por la Iglesia. Por eso va a ser el arte de la irracionalidad, el oscurantismo y el misterio. Es un arte relacionado con la fe, surgido de una cultura teológica.

Hay que destacar que la arquitectura es en el Románico, lo más importante. La escultura y la pintura no existen al margen de la religión y su lugar de destino es siempre el templo, la iglesia o el monasterio. La escultura y la pintura se supeditan a ornamentar el edificio románico.
El arte románico en general es muy geométrico, emplea formas simples, rotundas, que indican una vuelta a la sensibilidad primitiva y rural. Esa ruralización de formas que vimos al final del Imperio Romano la retomamos ahora. El Románico es un arte rural, de campo, lejos de los refinamientos cortesanos y de la sensibilidad urbana. Se busca la pureza de formas, líneas verticales y horizontales, arco sencillo, decoración tosca y sencilla, composición simple de volúmenes. En arquitectura la distribución de volúmenes y espacios es sencilla y simbólica. Nunca se realiza una iglesia románica por el simple placer estético. Lo que prima es la exaltación religiosa. Una iglesia no es tampoco una bella composición espacial sino una ofrenda a Dios. La iglesia debe ser la plasmación del alma humana: la fachada es lo que primero se ve, es el rostro del edificio y por eso debe ser atractiva, pero el interior debe ser sencillo, fuerte, oscuro y recogido como el alma cristiana. Se olvida el concepto del arte autónomo y se convierte en un medio de alabanza a Dios.

Arquitectura

La Abadía de Cluny es el primer monumento con todas las características fundamentales del estilo. Estos logros y este estilo se transmiten desde Cluny a través de todas las vías de peregrinación y sus portadores son los propios monjes cluniacienses, que son los arquitectos de la época.
Por eso la arquitectura románica es clerical, tanto porque es el único consumidor como también porque son los únicos que saben hacerlo. Los cluniacienses recorren la principal vía de peregrinación de la época: el Camino de Santiago y va sembrando su huella con iglesias y monasterios, aunque el primer foco auténtico de románico es el Norte de Italia, la Lombardia.



Las columnas Románicas: se utiliza sobre todo como elemento de soporte de las cubiertas menos pesadas: naves laterales, bóvedas de girola o el techo del claustro, pero es en este último cuando la columna adquiere verdadera importancia. La columna románica es diferente a la clásica: parte de un plinto cuadrado a modo de basa, un fuste liso muy desproporcionado entre grosor y altura y un capitel grande, troncocónico y decorado con temas vegetales, hojas de parra con tallos retorcidos, o temas de animales, frecuentemente figuras monstruosas de animales o personas. Estas figuras fantásticas, de auténtico furor expresivo, deben adaptarse a su marco arquitectónico en formas extrañas.



Escultura

Los pueblos bárbaros cultivaron la escultura con poco entusiasmo, sobre todo la monumental, que fue la más frecuente en el mundo romano. Ostrogodos, francos, lombardos y visigodos hicieron escultura de pequeñas dimensiones, ornamental y orfebre. Por lo tanto la tradición escultórica antigua se perdió.



Pintura

La pintura románica es igualmente decorativa. No se concibe como arte autónomo y no tiene importancia en sí misma sino como ornamentación de paredes dentro del templo. Tiene su origen directo en las miniaturas bizantinas que luego pasan a los monjes prerrománicos de la primera Edad Media. Son miniaturas de manuscritos de donde el pintor románico extrae técnicas y temas. Él sólo tiene que continuar esa tradición y traspasar los límites de la miniatura para realizar los murales al fresco que decoraban la mayoría de los templos románicos. La pintura es, como la escultura, de tipo simbólico y no se preocupa del aspecto naturalista o estético de las figuras. La realidad no les interesa porque tanto santos, como ángeles, como la figura de Cristo o la de la Virgen pertenecen a un mundo platónico, el de las ideas, y no se parece en nada al real o sensitivo. por eso la pintura utiliza la realidad sólo como soporte hacia el mundo que hay por encima. Los personajes tienen casi todos las mismas proporciones y gestos, son sólo figuras convencionales y colectivas.


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